28 ago 2011

Ciudad de ángeles

Apoyó los codos sobre la barra. Suelo a cuadros blancos y negros, taburetes y detalles en color rojo...Típico, pensó. Se llevó el cigarro a la boca, y dejó que el denso humo se escapara a través de sus carnosos labios rosados. Gloria, dorada gloria. Era casi sexual, pornográfico. Me recordaba a cuando durante los 90, le gustaba depilar con su espuma de afeitar las piernas a todas las mujeres con las que se acostaba. No pudo evitar sonreír al recordar un tiempo en el que todo se limitaba al placer y a las fiestas. Panem et circenses, pensó.

-¿Café?
Ni siquiera miró a la joven camarera de aspecto angelical.

-No.


-¿Es guapa, eh?
Inclinó casi de forma imperceptible la cabeza. Un hombre cincuentón con aspecto cansado. Los tonos oscuros de la estancia y el reflejo azul del letrero de la entrada le daban un tono mortecino a su piel, acentuando así el sudor que le bañaba la frente. Sudaba como un maldito cerdo.

-Sí.

-Venga, pregúntale a qué hora sale. Sabes, yo no tengo nada que hacer pero tú, con esa melena rubia y esa cara, seguro que se deja echar un par de polvos. A esa pequeña zorra le gusta que le den duro. Seguro que le encanta que le...

Alguien entró en el cutre bar-cafetería de carretera accionando la campana anclada a la parte superior de la puerta.


Olav levantó lentamente la mirada, clavando sus enormes ojos azules en el calendario que alguien había clavado en la pared de enfrente y marcaba en el lo que supuso Olav, serían los días que faltaban para las vacaciones. Deslizó lentamente la mano derecha hacia el lado izquierdo del pantalón y sacó el que había sido el último regalo de su abuelo.


"Si tú no haces justicia, otros la harán por ti, a su manera"

Sacó el arma y sin molestarse un segundo en mirar hacia dónde apuntaba, disparó a las 5 personas que había en el bar mientras se dirigía a la salida, disfrutando del ruido que hacían las balas al clavarse en la carne y del olor a bistec con salsa de setas que llegaba de la cocina.

Por supuesto, no fallé. Desde ese momento, supe que las cosas iban a torcerse pero, no me importaba.

1 año después...

-Lo último que recuerdo es el baño cutre y sucio de una gasolinera abandonada y la sangre en el suelo. Recuerdo que tenía la camiseta empapada en sudor y me refresqué la cara. Me aparté el pelo y vomité en el lavamanos. Lo último que recuerdo es el olor del Vodka.

Sabe, cuando era pequeño autolesionarme transformaba el dolor mental en físico. Luego, las cicatrices desaparecían y todo parecía volver a la normalidad pero, con el tiempo me di cuenta de que no era así. La piel se regenera, entiende? Cierto tipo de células acuden a la zona que ha sido dañada, la adrenalina que por cierto, es una hormona desaparece y el dolor invade todos los sentidos. La mente se libera y, por unos putos segundos, unos jodidos segundos de mierda, no piensas en nada más. Con el tiempo no quedan señales pero la mente, la mente es mucho más jodida que esa mierda de las auto lesiones. Así que si me pregunta, la jodida respuesta es no.